Ramakrisna y su locura divina

por Swami Prabhavananda





Shri Ramakrisna nació en 1836 en Kamarpukur, un pequeño pueblo de Bengala occidental, en una familia de brahmanes pobres pero muy piadosos y devotos. Tenía dos hermanos y una hermana, mayores que él.
Cuando Ramakrisna tenía cinco años de edad fue a la escuela primaria del pueblo. Ahí aprendió a leer y a escribir y mostró una gran aversión a la aritmética. Su hablar era encantador y estaba dotado de una memoria maravillosa de modo que si oía una vez una canción o una pieza de música podía reproducirla perfectamente después. Le encantaba la actuación. En vez de ir a la escuela y estudiar se iba de pinta con algunos compañeros a un manglar a las afueras del pueblo y actuaban el drama pastoral de la vida de Shri Krisna .

Visión de las aves resplandecientes

Cuando tenía seis o siete años tuvo una experiencia sorprendente, una que contaba frecuentemente a sus discípulos años más tarde: "Iba caminando solo por un arrozal cargando una pequeña canasta de arroz inflado. Al mirar al cielo mientras comía el arroz, vi que estaba lleno de nubes negras. De pronto me fijé en unas aves blancas como la nieve (grullas) que volaban en fila resplandeciendo sobre el fondo negro. Estaba abrumado por esa visión tan bella. En mi corazón surgió un sentimiento de éxtasis y perdí la conciencia de mi alrededor. No sé cuánto tiempo permanecí en ese estado. Cuando recuperé la conciencia estaba en mi casa porque me llevaron ahí unos vecinos atentos".

Algunos eruditos comentan a propósito de esta primera experiencia mística que la imagen del ave migratoria, de color blanco brillante, saliendo de improviso de una nube negra, es uno de los símbolos utilizados en los Upanisad para expresar la instantaneidad y plenitud de la visión interior; el pájaro como tal representa el alma (atman), y la sombría nube, la existencia-en-el-mundo de la que es preciso liberarse. Este simbolismo no podía ser conocido por un niño de seis años, pero el incidente, retrospectivamente contemplado, debió parecer un signo del destino de Ramakrisna.

El culto a Rama

A la edad de nueve Shri Ramkrisna le pusieron el hilo sagrado, según la costumbre brahmán, y fue iniciado en el mantra Gayatri, una oración védica. Desde entonces se le permitió celebrar el culto de Rama , la deidad de su hogar. Frecuentemente permanecía mucho tiempo absorto en Dios, sin conciencia de lo que le rodeaba. Acostumbraba a caminar solo por el bosque hasta un lugar solitario donde meditaba por horas bajo la sombra de un árbol.
Al principio de su adolescencia le atrajo la vida monástica, pero pronto rechazó la idea al pensar que "renunciar al mundo sólo por la propia liberación era egoísmo. Tengo que hacer algo que beneficie a toda la humanidad".
Poco después de obtener la investidura del hilo sagrado ocurrió un incidente que mostró su agudo entendimiento espiritual. En una reunión de eruditos que se celebró en la casa del rico del pueblo, con la ocasión de un memorial, se llegó a un problema filosófico complicado para el que los expertos no encontraban solución. Ramakrisna y otros jóvenes estaban ahí por diversión, pero Shri Ramakrisna estaba sentado a un lado de los eruditos y escuchaba el debate con atención. De pronto tocó al erudito y le susurró la respuesta al oído. Este se levantó y dijo a los demás la solución que le había dado su joven compañero. Todos los eruditos elogiaron al joven Ramakrisna y lo bendijeron con todo su corazón. Y los del pueblo se maravillaron de su inteligencia.
Cuando tenía siete años murió su padre. Su hermano mayor, Ramkumar, que era un gran conocedor del Sánscrito fue a Calcuta y abrió una escuela para mantener a la familia. Cuando, años después, oyó que su hermano Ramakrisna estaba descuidando sus estudios en el pueblo, lo mandó llamar para que se quedara con él en la escuela de Sánscrito. Pero cuando Ramkumar le pidió que fuera a la escuela, el muchacho contestó con firmeza: "Hermano, no quiero desperdiciar mi vida simplemente como un educador que se gana el pan. Yo quiero adquirir el conocimiento que me despertará a la conciencia de la Realidad eterna y así bendecir mi vida por siempre". El permaneció inamovible en el asunto y su hermano ya no supo qué hacer con él.

El culto a Kali y la visión de la Madre Divina

Un evento inesperado resolvió el problema. Una mujer muy rica llamada Rani Rasamani construyó un templo en el banco del Ganges en Daksneswar, cinco millas al norte de Calcuta. Fue dedicado a Kali, la Madre del Universo. Le pidieron a Ramkumar que fuera el sacerdote de este templo y se llevó a su joven hermano para que le ayudara. A Shri Ramakrisna le gustó la calma y la atmósfera serena del lugar y permaneció ahí por el resto de su vida.
Ramkumar sólo duró un año como sacerdote del templo pues murió. Ramakrisna lo sustituyó pues sabía leer y escribir y su padre, su tío y sus hermanos le habían enseñado los himnos sánscritos necesarios para el culto ordinario. De ese modo, el joven podía ganarse la vida como servidor de un templo, que fue lo que sucedió.
El servicio de Ramakrisna consistía en conservar el edificio y ofrecer cada día una adoración ritual, a la que podían añadirse eventualmente ofrendas especiales encargadas por determinados fieles. Esto le dejaba bastante tiempo libre, pues los templos eran numerosos en la región.
Ramakrisna cumplió diariamente sus deberes como sacerdote, pero su personalidad inquisitiva aspiraba por algo más y se preguntaba internamente: "¿Para qué sirve todo esto? ¿Es real la Madre Divina? ¿Ella escucha mis oraciones o todo esto es mera imaginación producida por cerebros humanos?". Él empezó a desear intensamente un contacto directo con la Madre Divina y muy pronto la vida se le hizo insoportable sin ella. El podía restregar su cara en el suelo como alguien atrapado por el dolor y gritar: "¡Oh Madre! ¡Un día más se ha ido y todavía no te he visto!". Finalmente, un día, ella se le reveló. Shri Ramakrisna describió después esta primera visión de la Madre Divina a sus discípulos de la siguiente manera: "Casa, paredes, puertas, el templo, todo desapareció en la nada. Entonces vi un océano de luz, sin límite, viviente, consciente, dichoso. Por todos lados olas de luz, con un sonido rugiente, se me abalanzaron, me rodearon y me hundieron y yo perdí la conciencia de todas las cosas externas"
Cuando Shri Ramakrisna recuperó la conciencia, estaba pronunciando las palabras: “Madre, Madre”.
Él acostumbraba decirles a sus discípulos:
"Al verdadero anhelo de Dios le sigue la visión de Él y entonces amanece el sol del conocimiento en el corazón. ¡Añórenlo y ámenlo intensamente!... La madre ama a su hijo, la esposa fiel a su marido, el avaro ama su riqueza; deja que tu amor a Dios sea tan intenso como esos tres amores combinados y entonces verás a Dios".

Muchos creían que estaba loco

Después de su primera visión de la Madre del Universo, Shri Ramakrisna anhelaba verla continuamente. Se apoderó de él una especie de locura divina. Y entonces, para usar sus propias palabras, comenzó a ver a la Madre que miraba desde cada hueco y cada esquina. Un día, en la ofrenda de alimentos a la divinidad, se la dio a un gato que había entrado en el templo, porque reconoció en él la presencia de la Madre Divina. Naturalmente, a los ojos del mundo esto era locura o sacrilegio.
La Madre Divina se le aparecía sin cesar, le hablaba y reía con él. Por la noche la oía pasear "subiendo al piso de arriba con los pasos ligeros de una joven feliz, haciendo tintinear los aros de sus tobillos". Por cualquier causa perdía el conocimiento ordinario y descuidaba sus deberes sacerdotales. Al salir de los éxtasis en los que veía a la Madre se comportaba de manera insólita: llorando, riendo, cantando, saltando o gritando. Se le tenía por loco, y hasta su muerte, todos los que le conocían por primera vez quedaban convencidos de haber topado con un loco.
Los rumores de su extraña conducta llegaron a los oídos de su madre en Kamarpukur y quiso verlo. Lo mandó llamar y él regresó a su pueblo. Tenía entonces 23 años.
En Kamarpukur él continuó viviendo en un estado de locura divina, indiferente a todas las preocupaciones mundanas. Después de considerar la situación, su madre y su hermano pensaron que la manera de sacarlo de ese estado era interesarlo por la realidad concreta, el matrimonio por ejemplo, así que empezaron a buscarle pareja. Como Shri Ramakrisna no puso objeción, se continuó la búsqueda de su esposa con entusiasmo pero sin éxito. Al final, al ver a su madre y a su hermano deprimidos por su fracaso Ramakrisna les dijo en un estado semiconsciente: “No tiene sentido buscar por aquí y por allá, vayan a Jayrambati (un pueblo a tres millas de Kamarpukur) y ahí encontrarán a la esposa que providencialmente está reservada para mí, la hija de Ramacandra Mukhopadhyaya”. La encontraron pero la niña tenía cinco años de edad. Los padres aceptaron el matrimonio, pero la madre de Ramakrisna dudaba por la edad de la niña. Sin embargo, considerando que la niña había sido la elección de su hijo, aceptó. Así que rápidamente Shri Ramakrisna se casó con Sarada Devi. Después de la ceremonia del matrimonio la esposa regresó a casa de sus padres y Ramakrisna continuó en Kamarpukur por año y medio.

El tantrismo

Cuando Shri Ramakrisna regresó al jardín del templo de Daksineswar, se olvidó de su matrimonio y sus responsabilidades y se sumergió más hondo y más hondo en sus prácticas espirituales.
En 1861, a seis meses de su regreso de Kamarpukur, Shri Ramakrisna vio a una sannyasini (monja) despeinada desembarcar de su bote y entrar en el templo. Mandó por ella y al verlo la sannyasini se puso a llorar de alegría y dijo: "¡Hijo mío, estás aquí! Te he estado buscando desde hace mucho tiempo y por fin te encuentro."
"¿Cómo puedes conocerme, madre?- preguntó Ramakrisna". "A través de la gracia de la Madre Divina supe que los iba a encontrar. Ya me he encontrado a dos y ahora te encontré a ti”.
La monja se llamaba Yogeswari, pero era conocida como la Brahmani. Ella era una mujer que había llegado a un alto nivel espiritual y era conocedora de Vaisnava y literatura tántrica. Ramakrisna, sentado a su lado, le contó de su lucha espiritual, sus visiones y sus logros. También le mencionó que la gente pensaba que estaba loco. Ella le dijo: “¿Quién te dice loco, hijo mío? Esto es locura divina. Tu estado es conocido como mahabhava. Lo experimentaron Shri Radha y Shri Caitanya. Te mostraré las escrituras en las que se dice que el que honestamente anhela a Dios experimenta ese estado”.
Los avances espirituales de Ramakrisna habían sido sin un guía, pero desde ese momento aceptó a Brahmani como su gurú por mandato de la Madre del Universo.
"Después de realizar los actos de culto a la Madre Divina, yo acostumbraba a meditar de acuerdo a la orientación de Brahmani. Al comenzar el rosario ya estaba abrumado con fervor extatico y entraba en el estado de samadhi. No puedo describir las maravillosas visiones espirituales que acostumbraba tener. Seguían una tras otra en rápida sucesión. La Brahmani me hizo experimentar las 64 clases de disciplina espiritual mencionadas en los Tantras principales. La mayoría de ellas eran prácticas difíciles, pero con la infinita gracia de la Madre me llevó por ellas con facilidad".

El vaisnavismo

Después de llegar a las metas señaladas por la disciplina tántrica, Ramakrisna empezó a practicar el vaisnavismo. Las Vaisnavas siguen el camino de la devoción que recomienda el culto a Dios como un Ser Personal en su aspecto de Visnu. Es Visnu el que de tiempo en tiempo aparece sobre la tierra con forma humana, como un avatar. Una vez vivió como Rama, el héroe del Ramayana, y otra vez como Krisna, el avatar del Bhagavad Gita y el Bhagavata Purana. Al seguir el camino de la devoción, el creyente entra en relación con Dios en su forma de Rama o Krisna. Hay cinco relaciones, que corresponden al plano humano: Santa, la actitud pacífica, es sólo una relación indefinida; dasya, la relación del sirviente con su señor; skhya, la relación de amistad; vatsalya, la relación entre padre e hijo; y madhura, la relación entre amante y amada. El Vaisnavismo es la filosofía propuesta y vivida por Ramanuja, Vallabha, Madhwa y Shri Caitanya.
Shri Ramakrisna entró por el camino Vaisnava primero en la relación de vatsalya, como hijo de Rama. Después adoptó las otras relaciones en su devoción a Krisna. A través de cada una de ellas logró la unión con Dios.

El aprendizaje del Vedanta

Pocos meses después llegó al templo, Tota Puri, un monje Veda de la orden de Samkara, un alma iluminada y conocedor de Brahman. Al ver a Ramakrisna lo reconoció como un espíritu muy avanzado y le preguntó: "¿Te gustaría aprender de mí el Vedanta?". Ramakrisna le contestó: "Yo no sé, pero se lo preguntaré a la Madre". La Madre Divina le dijo: “Sí, ve y aprende de él. Para eso ha venido aquí". Regresó con Tota Puri en un estado de semiconciencia y le dijo que había recibido permiso de la Madre.
Tota Puri le enseño lo que dicen los Upanisad: la identidad entre Atman y Brahman y lo inició en la vida monástica.

Después de la iniciación Tota Puri "me pidió que abstrajera mi mente de todos los objetos y me quedara absorto en la contemplación de Atman. Pero al momento de abstraer mi mente del mundo externo, aparecía la radiante forma de la bienaventurada Madre, que es esencialmente pura conciencia. Se me aparecía como realidad viviente y no podía ir más allá de Ella. En desesperación le dije a Puri: "Es desesperante, no puedo llevar mi mente hasta el estado incondicionado y alcanzar Atman". Me contestó: "¡¿Qué?! ¿Dijiste que no puedes hacerlo? ¡No, tú debes!". Al decirlo miró a su alrededor y encontró un pedazo de vidrio y lo presionó entre mis cejas diciendo: "Concentra tu mente en este punto". Así, con gran determinación, empecé a meditar como me decía y cuando apareció de nuevo la forma de la bienaventurada Madre usé mi discriminación como espada y la partí en dos. Entonces mi mente se fue inmediatamente más allá de la dualidad y entró en el nirvikalpa, la no-dualidad, la Unidad Consciente."

Tota Puri se sentó mucho tiempo en silencio viendo a su discípulo. Después se levantó, salió y dejó el cuarto cerrado. Pasaron tres días sin que se oyera sonido. Cuando Tota Puri abrió de nuevo la puerta encontró a Shri Ramakrisna sentado en la misma posición en la que lo había dejado días atrás. Tota Puri lo observaba y se maravillaba: "¿Es cierto que este hombre ha logrado en el curso de un sólo día lo que yo alcancé después de cuarenta años de práctica rigurosa? ¡Dios grandioso, esto es un milagro!".
Ramakrisna había llegado al nirvikalpa samadhi, la práctica no-dualista del Vedanta.
Tota Puri ayudó a su discípulo a regresar al plano de la conciencia normal. Lentamente Ramakrisna recuperó la conciencia del mundo externo y al ver a su gurú delante de él se postró. Y Tota Puri le dio un cálido abrazo.

Seis meses en estado de samadhi

Después de que Tota Puri se fue de Daksineswar, Shri Ramakrisna decidió permanecer inmerso en el nirvikalpa samadhi y pasó seis meses en ese estado sin conciencia de su cuerpo o de lo que lo rodeaba. Años después se refirió a este período de su vida de la forma siguiente:
"Por seis meses permanecí continuamente en el estado de dichosa unión con Brahman. No fui consciente del día o de la noche. Habría sido imposible que mi cuerpo sobreviviera excepto porque un monje se dio cuenta del estado de mi mente y regularmente me llevaba comida; y cuando él veía en mi algo de conciencia presionaba la comida para introducirla en mi boca. Sólo muy poca alcanzaba mi estómago. Al final recibí la orden de la Madre: "Permanece en bhavamukhja por el bien de la humanidad".
Por tanto, en general, Shri Ramakrisna vivió en bhavamukha, un estado entre samadhi y la conciencia normal. Es muy difícil entender exactamente lo que es ese estado. En sus años póstumos, sin embargo, el maestro lo describió "como si en el océano de Brahman (el infinito océano de la existencia, conocimiento y dicha), un palo flotara dividiendo el océano en dos partes. En un lado está Dios y en el otro su devoto. El palo que divide el océano es el yo maduro que nunca olvida que es un hijo de Dios. El yo maduro no daña. Es como la espada que ha tocado la piedra filosofal y se convierte en oro."
En los años siguientes mientras Shri Ramakrisna enseñaba la palabra de Dios frecuentemente entraba en estado de samadhi. Esto ocurría todos los días.
La práctica de las disciplinas espirituales, sin embargo, no terminó con las experiencias vedánticas de Ramakrisna. Él había recorrido los caminos de la devoción, yoga, conocimiento y había realizado las verdades que enseña el tantrismo, vaisnavismo y el Vedanta. Pero su corazón deseaba disfrutar la vida divina de los que estaban fuera del hinduismo.

La experiencia budista, islámica y cristiana

El veía a Buda como una de las encarnaciones de Dios. El señalaba: "La gente piensa que Buda era ateo, pero no lo era, sólo que no podía expresar en palabras lo que había experimentado. Cuando el propio budhi (intelecto) se mezcla en el Absoluto, pura conciencia, se logra el conocimiento de Brahman, uno realiza su verdadera naturaleza y así se convierte en Buda, iluminado." Así que de acuerdo a Ramakrisna Buda era Vedanta, pero malentendido.
El Islam y el cristianismo, sin embargo, pertenecían a una categoría distinta. Y Ramakrisna se sintió atraído por ellos. Un místico sufi que vivía en Daksineswar lo inició en la fe islámica.
"Yo empecé a repetir el santo nombre de Alá y recité la salat regularmente. Después de tres días alcancé la meta de esa forma de devoción".
Algunos años después quiso explorar el cristianismo. Uno de sus devotos le explicaba la Biblia cuando iba a Daksineswar. Así Ramakrisna fue jalado hacia Cristo y el cristianismo. Entonces un día, mientras estaba sentado en el salón de pintura de Jadu Mallick, vio un cuadro de la Virgen con el Niño. Cayó en modo meditativo y la pintura se convirtió en algo vivo y luminoso. El corazón de Ramakrisna se llenó de amor por Cristo y le abrió la visión de un templo cristiano con devotos quemando incienso y prendiendo velas para Jesús. Por tres días Shri Ramakrisna estuvo bajo el encanto de esta experiencia y al cuarto día, mientras pasaba cerca de la gruta de Pancavi, vio a una persona extraordinariamente atractiva y de serena apariencia que se aproximaba mirándolo intensa y fijamente. Y, desde el fondo de su ser, Ramakrisna supo: "Este es Jesús, que vertió la sangre de su corazón para redimir a la humanidad. El no es otro que Cristo, la encarnación del amor". El Hijo del Hombre, entonces, abrazó a Shri Ramakrisna y se hizo uno con él. Así Ramakrisna se convenció que Jesús era la encarnación de Dios.
Una vez que le preguntaron a Shri Ramakrisna por qué había seguido tantos caminos y si no era suficiente seguir uno solo para alcanzar la meta suprema. Contestó diciendo: "La Madre es infinita e infinitos son sus modos y aspectos. Yo quería alcanzarla en todos ellos. Y ella me reveló la verdad de muchas religiones."
Para Ramakrisna las enseñanzas de las grandes religiones eran idénticas: "Tantas religiones, tantos caminos para alcanzar la misma meta. He practicado el Hinduismo, Islam, Cristianismo e Hinduismo otra vez en sus diferentes sectas. He encontrado que es el mismo Dios al que se dirigen sus pasos aunque por diferentes caminos". Y solía decir: "No discutáis sobre las doctrinas y las religiones. No hay más que una. Todos los ríos van al océano... La gran corriente de agua traza a lo largo de la pendiente, según las razas, las edades y las almas, un lecho diferente; el agua es siempre la misma..."
Incluso, a diferencia de los reformadores, aconsejaba dejar el hinduismo como estaba, puesto que todas sus cosas constituían un revestimiento necesario, que en nada perturbaban la visión de lo esencial para quien lo quería verdaderamente de corazón.

Sarada Devi, la esposa

Cuando Ramakrisna iba a hacer los votos monásticos le dijo a Tota Puri que estaba casado. El gurú le contestó: "¿Qué importa? Ten a tu mujer cerca de ti. Esa será la verdadera prueba de tus votos y de que verdaderamente te has convertido en un conocedor de Brahman".
Los años en que Sarada Devi estuvo viviendo con sus padres mostró un intenso temperamento espiritual. Como su esposo, tenía visiones divinas. Cuando se convirtió en una joven mujer quiso estar cerca de su marido.
En el periodo en que su esposo estaba practicando el Islam la gente lo señaló de nuevo como un loco: "¿Cómo podía ser que un sacerdote hindú rindiera culto a Alá?". El rumor se esparció y llegó a Sarada Devi que para entonces tenía 18 años. Aunque no creyó en el rumor, sintió que era su deber estar al lado de su marido y le pidió a su padre que la llevara a Daksineswar.
Shri Ramakrisna le dio la bienvenida y arregló su espacio para tenerla con él. Pero le preguntó: "Dime, has venido a llevarme a los asuntos mundanos?". Le contestó inmediatamente: "Oh, no, he venido ayudarte en el camino que has elegido". Entonces Shri Ramakrisna la inició en los misterios de la vida espiritual y supervisó su progreso. Ella se convirtió en su primer discípulo.
En una noche auspiciosa, seis meses después de la llegada de su mujer, Ramakrisna hizo una preparación especial del culto a la Madre Divina en su propio cuarto e instruyó a Sarada Devi para que estuviera presente. El altar, el asiento del creyente y toda la parafernalia para el culto estaba lista. No había, sin embargo, una imagen en el altar. Shri Ramakrisna se sentó en la silla del creyente y le pidió a Sarada Devi que se sentara en el altar. En un estado de éxtasis ella le obedeció. Shri Ramakrisna invocó la presencia de la Madre del Universo en su esposa y empezó el culto. Sarada Devi, mientras tanto, había entrado en estado de samadhi y Shri Ramakrisna quedó absorto de la misma manera. Los dos permanecieron así mucho tiempo. Cuando llegó parcialmente la conciencia exterior a Ramakrisna, depositó los frutos de su lucha espiritual y su rosario, a los pies de la Madre del Universo en la forma de su mujer.
Sarada Devi permaneció con su marido hasta que la muerte los separó, es decir, catorce años. Posteriormente fue conocida como la Santa Madre y se convirtió en el espíritu guía de la orden fundada en el nombre de su marido.
Shri Ramakrisna, al hablar de su esposa, solía decir: “Después de mi matrimonio, honestamente le pedía a la Madre Divina que sacara de mi mujer toda conciencia de disfrute físico. Y por mi larga asociación con ella supe que mi ruego había sido escuchado”.
El principal discípulo de Ramakrisna, Swami Vivekananda, nos dice de ésta época de su maestro:
"Todas las luchas que experimentamos en nuestras vidas las vivió Shri Ramakrisna. Las joyas de su espiritualidad tan duramente ganadas en las tres cuartas partes de su vida estaban entonces listas para ofrecerse a la humanidad y comenzó su misión".

Su influencia en India y en el mundo

Muchos intelectuales notables de su tiempo empezaron a visitarlo. Entre ellos estaba Keshab Sen uno de los grandes líderes religiosos de la India en esa época que se ocupó de divulgar el nombre y la fama del nuevo santo. Como resultado, muchos hombres y mujeres fueron atraídos a la religión, incluidos profesores universitarios, actores y científicos. Algunos de ellos se hicieron discípulos de Ramakrisna.
Pero el verdadero trabajo de Shri Ramakrisna se dio cuando vinieron a él numerosos jóvenes. Algunos de ellos empezaron a vivir en Daksineswar. Entre ellos estaba Rakhal, quien más tarde sería conocido como Swami Brahmananda y quien fue visto como el hijo espiritual de Ramakrisna.
Durante la enfermedad mortal de Shri Ramakrisna, cuando fue cambiado de la casa de Cossipore, la mayoría de los jóvenes permanecieron con él para servirlo y cuidarlo. De ellos, Naren, conocido posteriormente como Swami Vivekananda, fue escogido como el líder. Ramakrisna le enseñó a Naren cómo organizar una orden de monjes para propagar su mensaje.
Shri Ramakrisna murió en agosto de 1886. Después de su muerte sus jóvenes discípulos fundaron la orden conocida actualmente como Ramakrsna Math and Mission (Ramakrisna Misión y Convento) por la que dedicaban sus vidas "a nuestra propia salvación y al bienestar de la humanidad". El centro de la orden está localizado en Belur, cerca de Calcuta.

Swami Vivekananda

Narendranath Datta era un joven aristócrata de Calcuta y después se convirtió en Swami Vivekananda sucesor de Ramakrisna. Desempeño un papel similar al de san Pablo al asegurar la expansión universal de las enseñanzas de su maestro. Bajo su autoridad se fundó la orden de Ramakrisna.
Un fenómeno original para la época (principios del Siglo XX) fue ciertamente la creación de una Misión Ramakrisna, cuyos representantes se han diseminado por todo el mundo occidental. Todos los grandes maestros espirituales de la India en el Siglo XX han tenido discípulos occidentales, pero la orden de Ramakrisna fue la primera en organizar una misión permanente.
Swami Vivekananda tuvo mucho éxito en el Congreso Mundial de las Religiones, efectuado en Chicago en 1893. Algunos años más tarde, en el curso de un viaje a Inglaterra, Vivekananda consiguió la conversión de una inglesa de la buena sociedad, Miss Margaret Noble, que ingresó como monja hindú en el asram de Daksineswar bajo el nombre de "hermana Nivedita".
A partir de Vivekananda, la difusión del hinduismo en Occidente se convirtió en una corriente permanente.

El mayor logro espiritual

Un día un joven discípulo se acercó a Ramakrisna y éste le preguntó: “¿Cuál es tu meta en la vida?” El joven contestó: “Ver a Dios en todas partes”. Y el maestro comentó: “Bien, mi pequeño, esa es la última palabra de la religión”.

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